Dadá y surrealismo. La reconquista de la imaginación

Síndrome del corazón del soldado, shock de las trincheras, neurosis de combate, fatiga de batalla, son síntomas de soldados que han perdido el habla. Algunos se mueven entre espasmos, otros están perdidos en la inquietante mirada vacía que se llamó de las mil yardas que era la distancia aproximada de la trinchera al enemigo. En ninguna guerra como en la Primera Guerra Mundial habían sido ingresados tantos soldados que en apariencia no estaban heridos pero que eran incapaces de continuar luchando. Vanguardias como el Expresionismo quisieron acercarse al tema de cómo afectó al inconsciente el trauma de la violencia y la carnicería sin precedentes en que se convirtió Europa en aquellos cuatro años. El arte demostró que ninguno de los que participaron en la guerra fue el mismo cuando terminó. Y es que se trataba de una perversa contradicción. Un mundo cuya sociedad se jactaba de ser racionalista, positiva y progresiva, por la cual el hombre alcanzaba los adelantos tecnológico...