Tenebrismo

La luz fue una de las grandes protagonistas en la pintura del Barroco. Luces y sombras ambientaron la pintura con intensidad, dramatismo y furor.

Hubo una intensa experimentación en torno al empleo de la ambientación lumínica donde el contraste acusado y violento entre luz y sombra fue llevado a sus últimas consecuencias haciendo convivir en la escena pictórica zonas fuertemente iluminadas con otras que quedan prácticamente a oscuras. La acción se desarrolla toda en un primer plano muy cercano al espectador, adoptando la luz una función constructiva plena, iluminando los cuerpos sobre un fondo oscuro e impenetrable.

David con la cabeza de Goliat. Caravaggio. 1609 - 1610

Esta experimentación tuvo su máximo exponente en la obra de Michelangelo Merisi conocido como Caravaggio. Un artista revolucionario y apasionado, profundo conocedor de la pintura renacentista que prefirió desarrollar su propio estilo utilizando el claroscuro como elemento principal de expresión.

Cultivó una gran preocupación por la representación de escenas realistas y cotidianas para lo cual se inspiró en la naturaleza y en la realidad, de hecho, no rechazó nunca la fealdad dando protagonismo en sus obras a modelos reales, en ocasiones feos y andrajosos, e incidiendo en la dramatización escogiendo los momentos de mayor tensión en sus temas.


La incredulidad de Santo Tomás. Caravaggio. 1602



Caravaggio fue denostado e incomprendido entre sus contemporáneos y sus obras rechazadas especialmente por la iglesia que consideró de poco decoro que sus santos no estuvieran idealizados y que, por el contrario, tuvieran los pies sucios y fueran representados como gente común y corriente con sus defectos físicos. Fue el caso de su obra Muerte de la Virgen para la que usó como modelo a una mujer ahogada en el Tíber con el rostro arrugado, el estómago hinchado y las piernas descubiertas. Dicha obra fue considerada escandalosa.

Muerte de la Virgen. Caravaggio. 1606
Es importante apuntar que Caravaggio sintió fascinación por el dramatismo y la espiritualidad propios de ambiente contrarreformista del Barroco, es por ello que el artista decide representar el tema de la muerte de la Virgen por medio de una escena íntima en la que los apóstoles y Magdalena se deshacen llanto, en un ambiente de desolada pobreza. El artista decide encarnar lo divino en los más humildes y por ello fue constantemente rechazado.

Caravaggio intensificó la acción dramática de sus escenas con la ayuda de una luz dirigida que enfatiza o deja en la sombra los elementos sobre los que quiere llamar nuestra atención, implementó una pintura cruda y descarnada.

Su principal herramienta de comunicación fue el claroscuro, con violentas luces y sombras, sin medios tonos, las grandes diagonales se convierten en los ejes compositivos y ya no hay cabida para el sfumato ni la perspectiva renacentistas.

Este cambio revolucionario se denominó: tenebrismo. Que es la representación pictórica donde el espacio es dominado por una luz diagonal producida por una única fuente, de interiores indeterminados y personajes dotados de movimiento y dramatismo, en el que la proximidad de las figuras es magistralmente conseguida gracias al empleo de tonalidades oscuras y al uso del claroscuro para dar relieve a las formas.

Judit y Holofernes. Caravaggio. 1599
Caravaggio cambió el rumbo de la pintura con las obras pintadas la última década de su vida ya en el siglo XVII. El tenebrismo constituyó una contribución pictórica de enorme trascendencia en el arte universal e influyó profundamente como estilo artístico en toda Europa difundiéndose bajo el nombre de Caravaggismo.

Sus seguidores se dieron principalmente en Italia, Francia, España y en los Países Bajos originando una corriente naturalista europea seguida por diferentes artistas, su estela dejó una honda huella en grandes maestros como Rembrandt o Velázquez.

En el ámbito francés destaca la figura de Georges de La Tour. Su obra tiene un tratamiento de la luz cercano al tenebrismo y un realismo, no escabroso, que le acerca más a la renovación religiosa emprendida durante estos años por los franciscanos y por cuya espiritualidad se sintió atraído. Trata temas religiosos, escenas de género y de devoción, todos ellos con un estilo de composición muy similar.

San José carpintero. Georges La Tour. 1642

A partir de 1631, recibió una mayor influencia del ámbito caravaggista holandés, cuando la Guerra de los Treinta Años le obligó a partir hacia París desde donde supuestamente visitó Holanda. A estos años pertenecen las obras en las que La Tour utiliza la luz de una vela encendida como fuente lumínica que proporciona una tonalidad rojiza que domina la escena, a diferencia del tenebrismo italiano en el que el foco de luz suele estar fuera de los límites del lienzo.

Magdalena penitente. Georges La Tour. 1642 - 1644

La Tour sitúa el foco de luz dentro de la composición: en algunas la candela es perfectamente visible, en otras, algún elemento se interpone entre el foco y el espectador creando interesantes efectos de contraluz, o en algunas ocasiones vemos también la vela reflejada en un espejo. En la última etapa de su vida, La Tour redujo las figuras de sus composiciones a volúmenes geométricos más esquemáticos, en este momento al artista solo le interesaba observar cómo estos volúmenes recibían la luz, alejándose del naturalismo de la primera etapa. Desaparecen también el sentimiento y el horror humano, tan propios del naturalismo procedente de Italia.

Otro gran seguidor de Caravaggio fue José de Ribera, pintor de origen español que hacia 1608 pasó a Italia, se le sitúa como uno de los primeros difusores del tenebrismo de Caravaggio, siendo el uso de este estilo uno de los puntos fuertes de su obra, si bien en su madurez evolucionaría hacia un estilo más luminoso y colorista, con influencias del Renacimiento veneciano.

Arquímedes. José de Ribera. 1630

Ribera supo plasmar con igual acierto lo bello y lo terrible. Su pintura presenta marcados contrastes tenebristas con abundancia de sombras, poseedora además, de un impresionante realismo, su obra se caracteriza por una fuerza sorprendente y un verismo que no omite ningún aspecto de la realidad por más cruel o desagradable que sea.

Ticio. José de Ribera. 1632

El tenebrismo en el arte Barroco español, fundamentalmente en el foco sevillano, fue de gran repercusión. Artistas como Zurbarán o Francisco Ribalta (por nombrar tan solo un par de ejemplos) impregnaron su obra pictórica del estilo Caravaggiesco abordando el tenebrismo a ultranza en algunas de sus obras más importantes.


Cristo abrazando a San Bernardo. Francisco Ribalta. 1625 - 1627 

El tenebrismo buscó ante todo la intensidad efectista a través de un claroscuro violento a través del cual se esculpen las figuras por medio de una presencia física incomparable. Utilizar el realismo por bandera le otorgó el afecto del espectador que no pudo permanecer indiferente ese ambiente entre la luz y la sobra único del tenebrismo.

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