Impresión al aire libre. Los Impresionistas

Un día de 1874 el crítico de arte Louis Leroy publicaba un hostil comentario sobre uno de los cuadros de Monet que se exhibía en la primera exposición de un nuevo grupo de jóvenes artistas. El título del cuadro, Impresión, sol naciente fue el punto de partida de Leroy para una crítica negativa y mordaz en la que afirmaba que lo único que existía en ese óleo era exactamente eso, una impresión y nada más. Lo que no alcanzó a suponer Louis Leroy fue que esa referencia a “impresión”, es decir a algo improvisado, accesible a los sentidos de modo espontáneo e inmediato se convertiría en una de las palabras clave del periodo, de hecho fue precisamente éste término el que mejor se ajustó al nuevo concepto pictórico de aquellos jóvenes quienes sin dudar aceptaron con entusiasmo la etiqueta del señor Leroy. Los impresionistas fueron los introductores y punto clave para el posterior desarrollo del arte de las vanguardias que presidirá buena parte el siglo XX, sin embargo, el buen Louis Leroy será únicamente recordado por su desafortunada valoración.

Impresión, sol naciente. Claude Monet

Son varias las razones (tanto artísticas como sociales) que explican la vinculación del Impresionismo a la contemporaneidad y a las primeras vanguardias. Quizás la más importante es que con la pintura impresionista se finaliza la consonancia entre el tema de la pintura con sus aspectos formales (composición, dibujo, color, etc.). Según las normas de la academia, un cuadro debe responder a un tema al que las formas deben exaltar, representar o idealizar a favor del mismo contenido.

Con la pintura impresionista esta noción se termina para dar prioridad a la forma sobre el tema de tal manera que lo que prevalece es el aspecto plástico del cuadro sobre la literalidad de un mensaje o de su historia. Tomando como precedente la intuición sentimental del Romanticismo, la pintura de los impresionistas va a centrarse en el desarrollo emocional del color de tal manera que la obra deja de estar regulada por los principios de la academia.

Es la época histórica en que socialmente se ofrece el primer retrato del pintor moderno que desde entonces obedece a dos conceptos determinantes en la figura del artista: el primitivismo o mirada original y sin prejuicios y la personalidad del artista cuyo punto de vista personal pasa a dar valor a la obra más allá del tema en sí. En este sentido el arte impresionista admite una gran importancia de lo subjetivo en el arte, es la “impresión” que los pintores sienten frente a la naturaleza y no la naturaleza en sí el verdadero tema del un cuadro impresionista. Sobre este aspecto se refería Emile Zola, seguidor de los  impresionistas a quienes defendió desde un principio como crítico de arte en sus primeros artículos periodísticos; Zola consideraba el arte impresionista como un “naturalismo” por oposición al “realismo”; esto significa un examen y una traducción de la naturaleza y no una representación pictórica imitativa, rutinaria o autocomplaciente.

De esta manera, el Impresionismo pasó a ser también una lucha por la autonomía del gusto, lucha de un grupo de pintores contra la sociedad de su tiempo que les relegó del Salón oficial (el sistema académico) castigando de esta manera su carácter innovador.

Las características estilísticas del grupo fueron la importancia de la pincelada y de la luz, el aspecto inacabado o de abocetamiento de la obra y temáticas como la vida cotidiana o el paisaje. La paleta del pintor se aclara por la necesidad de pintar directamente al aire libre (au plein air) elaborando nuevas soluciones pictóricas para retratar la atmósfera, las luces y los reflejos, los colores se aplican yuxtapuestos haciendo desaparecer los valores tonales, es decir, ya no funcionan las luces y las sombras en su definición tradicional de blancos y negros. Renoir declaraba: “Una mañana, uno de nosotros, al que le faltaba el negro, se sirvió del azul; había nacido el impresionismo”.

The Garden at Bougival. Berthe Morisot

Pese a ello no fue un movimiento cohesionado de manera clara, de hecho hubo una importante diversidad estilística en los artistas que participaron en la primera exposición, precisamente será la oposición al criterio académico y por tanto al sistema de los salones, el verdadero elemento aglutinador del grupo impresionista.

Para entender el arte de los impresionistas además de los factores puramente artísticos es necesario tener en cuenta que la revolución industrial ya implicaba en esta época el funcionamiento del capitalismo y de un sistema de libre mercado, ello supuso que el arte dejara de ser dinamizado únicamente por la iglesia, la aristocracia, el Estado o la Academia y pasara a ser estimulado por la demanda de un público burgués que se había convertido en cliente y que deseaba verse reflejado en los cuadros de forma directa o indirecta. La obra se hace pequeña y la temática se aligera, lo cual caracterizó la pintura impresionista como algo agradable y lúdico llevando incluso a polemizar sobre su contenido bello pero sin mensaje.

La Grenouillere. Auguste Renoir

La primera exposición impresionista se llevó a cabo el 15 de abril de 1874 en el estudio del prestigioso fotógrafo Nadar, muy interesado por las ideas más avanzadas de su tiempo en política, cultura y ciencias y gran defensor de la libertad de expresión. La muestra se denominó Exposición de los Independientes y sus participantes más ilustres fueron Monet, Renoir, Morisot, Sisley, Pissarro y Degas. Estos seis artistas se convirtieron en el núcleo constante de los impresionistas y participaron en casi todas las demás exposiciones a los que se sumarán más adelante Cézanne y Boudin.

Estudio de  Nadar en el Boulevard des Capucines de París

Después de la primera exposición, los impresionistas se reunieron siete veces más siendo la última muestra en 1886, por aquella época, la confirmación del éxito de la pintura independiente era un hecho, siendo interesante también señalar que desde 1881 el Estado Francés había interrumpido de manera definitiva el patrocinio al Salón Oficial suponiendo el término definitivo del arte académico.

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