Los "ismos". Primeras vanguardias del siglo XX

En términos militares vanguardia significa aquella parte de una fuerza armada que va delante del cuerpo principal, la avanzadilla de un ejército. El arte de vanguardia, fenómeno del siglo XX, significó algo parecido y actuó como tal. Los movimientos artísticos de vanguardia fueron aquellos que asumieron la idea de ir por delante del resto de las manifestaciones artísticas de su tiempo.

Surgieron en las primeras décadas del siglo XX como una serie de tendencias plásticas que irrumpieron de manera autosuficiente y excluyente. Cada una una de ellas, como grupo o movimiento, hace su aparición con una firme intención de ser considerada vanguardia y de convertirse en hegemónica partiendo de una ruptura con todo aquello que suponía una relación con la tradición artística, así todas las vanguardias surgieron partiendo del supuesto de rechazar la historia. Una historia que artísticamente se entendía como la tradición clásica y academicista.

Esta aspiración en forma de ideal se plasmó de forma activa en los manifiestos. Éstos fueron la forma de proclamar ideológicamente los principios programáticos de cada movimiento y constituyó un fenómeno propio de las vanguardias del siglo XX. Los manifiestos vanguardistas configuraron una actitud voluntarista de cada una de las tendencias que se mantuvo vigente hasta la crisis de las mismas poco antes de la década de los ochenta.

Diferentes manifiestos vanguardistas

También denominados ismos, las vanguardias fueron serie de grupos y movimientos que rompiendo el respeto a la norma y a los principios académicos del arte se desarrollaron como un conjunto de propuestas cuyo punto de coincidencia fue la actitud común de rechazo y negación de la tradición como modelo.

En cuanto a fenómeno, las vanguardias no son un hecho lineal, por el contrario se trata de algo complejo. La duración de las mismas fue determinada por la aparición de nuevas tendencias de tal manera que se iban sustituyendo o coincidiendo unas con otras, su vigencia la mayoría de las veces fue breve y su devenir acelerado. Los ismos sólo pueden comprenderse analizándose desde sus discordancias, complejidad, desobediencia e insumisión y su vocación de provocación.

Las primeras vanguardias fueron las más representativas sobretodo porque no todo el arte del siglo XX fue arte de vanguardia. 

El Fauvismo, el Expresionismo y el Futurismo, en ese estado de ánimo de ruptura y renovación radical, centraron su experimentación plástica en el valor del color, la expresión o la velocidad lo cual también condujo a los artistas a realizar una ruptura con las forma tradicionales de la representación.

Los fauves realizaron una exaltación máxima del color y sus posibilidades por medio de la experimentación, exaltación y combinación del cromatismo, de tal manera que la representación que se desarrolló por el movimiento Fauvista fue una pintura que desplazó el valor del dibujo y la forma para exaltar las posibilidades plásticas del color.

Mujer con sombrero. Henri Matisse. 1906

En este sentido se considera determinante para las experiencias del Fauvismo el influjo de los postimpresionistas. El Fauvismo fue una prolongación de esta corriente desarrollada desde unos planteamientos radicales.

Los fauves supieron encontrar en Cézanne el diseño de la superficie creado a base de planos de color. El gusto por el color y la superficie plana del cuadro también había sido ya adelantado por Gauguin y el conocimiento de sus obras por parte de los fauves sin duda les llevó también a rechazar el claroscuro.

Retrato de Vlaminck. André Derain. 1905

La pintura del Fauvismo es una suma de fragmentos, son expresiones de color en las que vemos planos fragmentados y contrapuestos, la representación de lo real a través de la perspectiva es radicalmente apartada por la expresión del color.

Matisse y Derain fueron los fauves más conocidos, pero se trató de un grupo más amplio y sus componentes provinieron de puntos dispares.

La línea verde. Henri Matisse. 1905

El Expresionismo por su parte, surgió en Alemania de forma simultánea a la aparición del Fauvismo. Es una tendencia también basada en la exaltación del color pero con diferencias fundamentales en cuanto a su planteamiento formal e ideológico creándose un lenguaje plástico específico que se plasmó más allá de la pintura. El Expresionismo por tanto fue además de una tendencia artística una actitud ante la vida, constituye el testimonio de una visión angustiada e insegura del mundo, un estado de ánimo tenso y propio de una sociedad en crisis.

Desnudo en un sofá. Erich Heckel. 1909

Su sistema de representación se basó en la alteración de las figuras en función de la expresión. Esta deformación se orientó a la presentación de ambientes atormentados e inquietantes que generarán un estado de ánimo desasosegado, inseguro e incierto.

Eslovenos. Emil Nolde. 1911

Muchos artistas de ambientes diversos y con diferentes inquietudes se adhirieron al movimiento expresionista: Kirchner, Heckel o Schmidt representaron en su obra no sólo su concepción del arte desde la visión de los expresionistas sino que poseían una forma común de entender la vida. 

Munch, a medio camino entre los siglos XIX y XX tuvo una influencia determinante en el desarrollo de Expresionismo moderno, sus imágenes vehementes, subjetivas y perturbadoras fueron fuente entusiasta para los expresionistas y formaron una importante reflexión de la conciencia del interior del ser humano.

El grito. Edvard Munch. 1893

El Fauvismo fue una tendencia plástica que llevó las experiencias del color del postimpresionismo hasta sus últimas consecuencias. El Expresionismo, en cambio, fue una actitud ante la vida, una forma existencial de concebir la vida con proyección en el arte. Por esta razón, mientras que el Fauvismo solamente tiene desarrollo en la pintura, el Expresionismo tuvo su proyección en la literatura, la arquitectura, el teatro y el cine.

Los decorados del film expresionista El gabinete del doctor Caligari de Robert Wiene, dónde el espacio es un ámbito fragmentado, dislocado e inquietante refleja como en la pintura expresionista la necesidad de este movimiento expresar más que de representar.

El gabinete del doctor Caligari. Robert Wiene. 1920

Estas dos tendencias se basaron, como ya se ha mencionado, en una exaltación del color y de la expresividad. Por ello, el sistema de representación no fue una cuestión que les preocupase de forma tan radical, este espacio se les planteaba como un ámbito propicio para la expresión. En este sentido, el Cubismo fue la experiencia que desbordó y superó el sistema de representación tradicional cuestionando su valor y su vigencia.

Los pintores cubistas rompen con la visión de la representación de carácter monofocal, con la ficción albertiana del cuadro concebido como una ventana abierta que nos muestra una realidad en tres dimensiones contemplada desde el único punto de vista del pintor.

Las señoritas de Aviñón. Pablo Picasso. 1907

El Cubismo fue la consecuencia de una experimentación lenta y minuciosa llevada a cabo por Picasso y Braque a los que más tarde se unirían otros pintores como Juan Gris o Fernand Léger.

La experimentación cubista, condujo al descubrimiento de un nuevo orden visual siendo el movimiento más renovador llevado a cabo por el arte desde el Renacimiento. Ninguna escuela o estilo de su tiempo sacudió los cimientos de la pintura occidental de la manera que lo hizo el Cubismo.

Joven de la mandolina. Pablo Picasso. 1910

El planteamiento que Picasso y Braque se plantearon desarrollar partía del arte de Cézanne y consistía en mantener el valor de la forma en detrimento del color. La forma, el orden y la geometría se convirtieron en pilares fundamentales del arte cubista.

Casas de l'Estaque. Georges Braque. 1908

El carácter plano de su pintura rompe por completo con los cánones de la perspectiva tradicional. Progresivamente la obra de Picasso y Braque fue haciéndose cada vez más elaborada y compleja, las formas se redujeron a un complicado conjunto de facetas o planos hasta fundirse objetos y espacio en una continuidad. Esta plasmación del espacio en torno a unos objetos muy fragmentados hace que las obras del clímax cubista sean de una complejidad sin precedentes.

Retrato de Kahnweiler. Pablo Picasso. 1910

El Cubismo fue el punto de arranque de otras corrientes vanguardistas como el Futurismo. Este movimiento fue aún mucho más radical en su enfrentamiento a cualquier norma establecida. Los futuristas realizaron una acción rebelde y escandalosa basándose en una fe ciega en el progreso, la técnica y la velocidad. Todo el arte futurista se fundamentó en la captación y exaltación vehemente del movimiento y la acción.

Carga de lanceros. Umberto Boccioni. 1910

Los manifiestos futuristas, escritos por el pintoresco poeta (así como político oportunista) Filippo Tommaso Marinetti vinculado al Partido Fascista, proclamaron el patriotismo y el nacionalismo, el anticlericalismo, el menosprecio a la mujer, la beligerancia y la violencia, el desprecio al pasado y la tradición y por ende la exaltación del presente y un futuro prometedor apoyado en el progreso, la tecnología y la veneración a las máquinas como símbolos de ese progreso.

Si bien en el movimiento Futurista hubo una clara contradicción ya que proclamaban el aniquilamiento desde las formas tradicionales de hacer arte pero la mayoría de realizaciones de los pintores futuristas estuvieron sujetas a una concepción tradicional del cuadro y a técnicas y procedimientos pictóricos derivados del postimpresionismo; la innovación que llevó a cabo el Futurismo fue en la concepción de la representación del movimiento.

Si el Cubismo planteó la captación simultánea del objeto, los futuristas se orientaron a la representación de los diferentes estados de una figura en movimiento, lo que les importó a estos pintores fue lograr, a través de la captación simultánea del movimiento un nuevo sentido de la forma y la representación.

El jinete rojo. Carlo Carrá. 1913

El Dadaísmo fue otro de los ismos representativos de principios del siglo XX, surgió en Zúrich aunque rápidamente se extendió a París, Berlín y Estados Unidos. Esta vanguardia deliberadamente anti estilística, se convirtió de la mano de Tristan Tzara, su principal teórico, en el movimiento más polémico.


Elasticum. Raoul Haussmann. 1920

A diferencia de los futuristas, los artistas del Dadaísmo pusieron de manifiesto su repugnancia hacia la guerra que estaba aniquilando la cultura, los fracasos de la Primera Guerra Mundial reflejaron la pérdida de sentido del status quo. Así, el Dadaísmo se rebeló en contra de todas las convenciones, especialmente artísticas, ejerciendo una dura crítica contra el artista burgués. Su actividad se extiende a gran variedad de manifestaciones artísticas desde la poesía a la escultura, la pintura o la música.

Hugo Ball en el Cabaret Voltaire. 1916

Proclaman una oposición al arte en forma de protesta, escándalo y provocación, con la ayuda de medios de expresión no convencionales basándose en el absurdo, lo carente de valor y lo irónico. Sus acciones introducen el caos en la escena rompiendo las formas artísticas tradicionales. Se sirvieron también del montaje de fragmentos y de objetos de desecho.

Merzbild 1A, el psiquiatra. Kurt Schwitters 1919

El movimiento Dadá propuso una nueva definición del arte al romper con los esquemas tradicionales integrando objetos del entorno cotidiano dentro de los medios de expresión plásticos. Su repercusión sirvió de germen a otras grandes corrientes como el Surrealismo, considerado uno de los estilos artísticos más trascendentales del siglo XX y que merece su propio capítulo aparte.

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