Arte Otro

La Segunda Guerra Mundial fue un trágico acontecimiento que lo cambió todo. Desfigurada por Auschwitz e Hiroshima, el sentido de la humanidad perdía su rumbo aterrorizada por la locura del apocalipsis nuclear.

Los terribles efectos de la Segunda Guerra Mundial abrieron un nuevo capítulo en el desarrollo cultural y artístico. Los cientos de miles de víctimas de la guerra incluyeron un importante número de artistas exiliados, muertos o en campos de concentración. En Europa, el orden anterior saltó por los aires y el continente quedó dividido por el telón de acero.

Pensadores e intelectuales hablaron de la imposibilidad del arte, de su sinsentido en un mundo en conflicto. Theodor Adorno, el filósofo de la Escuela de Frankfurt, sentenció: “Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie”.

La ocupación de París en 1940 hizo que los grupos artísticos se dispersaran y la ciudad perdió la hegemonía que había tenido en el arte contemporáneo. Uno de los primeros síntomas de este cambio cultural fue el traspaso a los Estados Unidos de los ideales y los principios de la vanguardia y por lo tanto de la modernidad.

Desde los años treinta, Estados Unidos había visto llegar a intelectuales y artistas que huían de la barbarie nazi, así New York emergió en el contexto cultural, desplazando a Europa como centro del movimiento cultural artístico, convirtiéndose, poco a poco, en centro del arte desplazando a París o Berlín destrozadas por la guerra. 

En 1942 Peggy Guggenheim había abandonado Europa para instalarse en New York, allí inaugura Art of this Century uno de los espacios artísticos más importantes en la historia del arte moderno que acogería a gran cantidad de artistas desplazados por la calamidad de la guerra. La crisis social y política después de la contienda conlleva por tanto una nueva forma de crear, radical y polémica.

Artistas en el exilio junto a Peggy Guggenheim en Nueva York

En el mundo se había instalado la confusión, del desconcierto pronto se pasó al rechazo de la “civilización” y se empezó a dar valor a la cualidad del individuo, de lo vital. La expresión del artista pasó a ser de supervivencia, angustia y desesperación se hacen obsesivos.

Nu. Otages. Jean Fautrier. 1943

Como consecuencia, comienza un rápido desarrollo de la abstracción, que se planteó como un rechazo a la figuración que había generado toda una narrativa de héroes y mitos en la cultura occidental y cuyo relato ahora se desmoronaba carente de sentido.

La abstracción, más expresiva y palpitante, era la contraposición a todo lo anterior, capaz de proyectar lo más profundo de la intimidad humana y la subjetividad del artista.

El lenguaje del arte que se empezó a generar, intentaba comunicar una poética renovadora e introvertida en la que se acentuara la dimensión individual. La abstracción manifestaba en su rechazo por el dibujo y la figuración una resistencia al control y al avance de los totalitarismos.

Composition. Willem de Kooning. 1955


El Informalismo o Arte Otro como se denominó a este periodo, el más vertiginoso en la historia del arte, fue el síntoma de una cultura en crisis, de una humanidad frágil. Un grito desesperado que se manifestó como una suma de experiencias artísticas individuales en busca de la exaltación del individuo: el existencialismo.

Michel Tapié. Karel Appel. 1956

Una de las aportaciones más renovadores del Arte Otro a la historia del arte, fue sin duda la experimentación a través del valor plástico y expresivo de la materia. Así, el artista ejerció su presencia por medio de los materiales y del gesto. El medio, se convirtió en el fin, lo importante no era la pintura sino la acción de pintar. Por medio de ella, se ejerció una negación a la idea y al proceso intelectual y se exaltó el gesto en la tela como acto de liberación. El impulso y lo instantáneo en contraposición al acto de pensar.

Jackson Pollock, creador del Action Painting

Los artistas se movieron en el ámbito del mundo plástico indefinible de la abstracción, planteado como un abandono y una repulsa crítica. Fue una catarsis después de la guerra y asimismo la expresión de un abismo interior, un arte intimista y desgarrador tanto como poético. De ahí, que el Informalismo fuese la tendencia de vanguardia con mayor número de participantes que se ha producido en el arte contemporáneo. Fue una plataforma para individuos más preocupados por desahogar a través de la pintura la angustia de una actitud ante la vida que por proporcionar una estética o una plástica artística.

La Vergerie. Jean Dubuffet. 1963
A esto se debió que, cuando a principios de los años sesenta existió una auténtica inflación de pintura informalista, esta tendencia entrase en crisis hasta el punto de desaparecer. Lo que al principio fuese una postura crítica y rebelde se convirtió en una inflación de artistas que supuso el uso reiterativo del mismo lenguaje y la abusiva repetición de las mismas fórmulas. El Informalismo había llegado a un punto de agotamiento que hacía de su vigencia algo insostenible.

Para algunos artistas, el problema radicaba en la desaparición de todo tipo de contenidos por el uso excesivo de la abstracción. La espontaneidad se había transformado en mera apariencia y simple rutina. Las galerías y los críticos habían encumbrado un recurso que se había vuelto academicista. La repetición, la apariencia y el hábito habían vaciado el arte de contenido y estética.

En 1962, Robert Rauschenberg recibía el Gran Premio de la Bienal de Venecia con una obra en la que era evidente su impulso de renovación. En sus ediciones anteriores la Bienal había consagrado a las grandes figuras del Informalismo, así que el premio de Rauschenberg, significaba una nueva inflexión en la forma de definir los contenidos y las formas artísticas.

Aquilone. Robert Rauschenberg. 1963

El Pop Art se abría camino contrariando al Informalismo. Los artistas tomaban formas y recursos de los medios de comunicación de masas proclamando el arte como una forma más de la cultura visual. Un lenguaje cargado de contenidos, más asequible y de inspiración plenamente urbana que tuvo una rápida aceptación. Era la más clara reacción contra los gestos, refinados, pero acentuadamente subjetivos del expresionismo abstracto.

¿Qué es lo que hace las casas de hoy tan diferentes, tan atractivas? Richard Hamilton, 1956 - 1992

Corrían los años 60 y el capitalismo avanzaba con fuerza. El nuevo sistema económico se vestía de “sueño americano” desarrollando una época en donde el consumismo y los nuevos avances tecnológicos convertirían con euforia un estilo de vida que cambiaría radicalmente la forma de pensar de la sociedad.

Obras de Andy Warhol
Reflexiona sobre la serialización, el consumo y la idealización de los mitos

Pero el mundo vivía una realidad política y social que no pasó desapercibido para algunos individuos con criterio conscientes de su entorno social. Como protesta, y sin quererlo, varios artistas cambiaron la historia de lo que era visto como arte. Un arte que poco a poco fue desvelando una realidad que a la luz ya no parecía tan perfecta.

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