"Atrévete a servirte de tu propia razón". La Ilustración

El gran avance alcanzado por el hombre en ámbitos del pensamiento, cultura y ciencia se manifestó en el siglo XVIII con el impacto producido por la teoría de gravitación universal de Isaac Newton a finales del siglo XVII. Ésta, daba al hombre la confianza de poder resolver las leyes del universo y poder alcanzar todo conocimiento por medio de la razón. Así se inaugura el movimiento de renovación intelectual, cultural, ideológica y política que surgió en Europa en el denominado “Siglo de las Luces”, reconocido como la Ilustración. Sin embargo, el principal germen ideológico se debe fundamentalmente al pensador inglés John Locke quién fue el primero en negar la doctrina del derecho divino de la autoridad real y que, asimismo, rechazó el sistema absolutista, concediendo en cambio importancia a la opinión de los gobiernos, sentando las bases de la soberanía popular.

Los nuevos conocimientos adquiridos gracias a los progresos científicos, iluminaron y modificaron la mente y el espíritu de pensadores y filósofos del siglo XVIII con grandes ideas que incluyeron todos los ámbitos del conocimiento. Se trataba de concepciones políticas, sociales y económicas imbuidas de un espíritu eminentemente liberal que guiaron el pensamiento europeo de aquella época contra el sistema de gobierno imperante y que tuvieron un inesperado impacto, los hombres iluminados por la razón debían establecer una nueva organización que habría de reemplazar al caduco sistema imperante.

La ilustración fue, pues, obra de enérgicos pensadores, intelectuales, hombres de ciencia, mayormente de la Burguesía, que sostenían que la razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía y en consecuencia suponer una sociedad más justa e igualitaria. Estos hombres estudiaron con ahínco la situación política y social tanto de Francia como de otras naciones de Europa y luego enjuiciaron los errores del Antiguo Régimen. Defendieron por medio de sus escritos la abolición de la desigualdad social, de los privilegios y de la censura, pero, preferentemente, de la monarquía absoluta.

Las nuevas ideas se divulgaron primero por las clases cultas de las sociedad pero rápidamente se propagaron entre el pueblo y en ciertos sectores del clero. A su vez, algunas monarquías con soberanos liberales promovieron dichas ideas que dieron origen al Despotismo Ilustrado. El medio más eficaz de difusión del pensamiento de la Ilustración fue la Enciclopedia, compendio de los conocimientos humanos hasta entonces logrados. La difusión del conocimiento y del nuevo pensamiento prepararon el clima para el estallido de la Revolución Francesa.

La expresión estética de la Ilustración fue el neoclasicismo. Tras los excesos del Barroco el mundo del arte se propuso restaurar el gusto y las normas propuestas por el clasicismo, es decir, una tendencia estética que pretendía recuperar la armonía de las proporciones y la simetría de las formas y cuyo sustrato era la representación de los modelos de la Antigüedad. Se extendió rápidamente una afición por los viajes con el objetivo de conocer de primera mano las obras del pasado en sus lugares de origen, así viajeros, artistas, críticos y eruditos viajaban a grandes centros culturales como Roma o Grecia, para ser testigos de la historia e ilustrarse más sobre ella.


Templo para el culto de la razón y el Ser supremo, Metropol. Étienne Boullée

La escultura, por ejemplo, se realizó principalmente en mármol blanco sin policromar para contraponerse a las exageraciones coloristas del Barroco dotándolas de sencillez y elegancia. Esta nueva noción estética tiene su correspondencia con las ideas la Ilustración en cuanto al predominio de la razón por encima de los sentimientos, razón por la cual se imponen reglas académicas al arte que garanticen la permanencia de un estilo racional con un canon sistematizado, como consecuencia de lo anterior se abandonó bastante la producción lírica en el campo de la literatura que se centró en el carácter didáctico. El Neoclasicismo agregó también a la pintura un valor didáctico y moralizante, considerando imprescindible el conocimiento científico de las fuentes clásicas.

El arte estaba concebido como una síntesis entre lo bello y lo útil, en el campo de la arquitectura, por ejemplo, observamos la realización de bibliotecas, museos, hospitales, parques, teatros, etc., obras pensadas para mejorar la calidad de vida pública pero de eminente carácter monumental con referencias al mundo egipcio, Asia Menor, Roma o Grecia que todos los arquitectos de la época emplearán.

Pese a todo lo anterior, la verdadera aportación que el pensamiento de la Ilustración dió al arte, fue por una parte animar el debate sobre el papel del artista en la sociedad, por otra, fomentar el interés del público hasta convertirle en un agente más en la definición y valoración de la práctica artística, así, fue en este momento cuando nació la crítica y se dieron los primeros pasos en la creación de la disciplina de la Historia del Arte, pero lo fundamental y lo más importante, es que fue el momento en el que se dan los primeros pasos hacia la autonomía del arte.

El Neoclasicismo buscaba reflejar la belleza y la perfección formal a partir de la vuelta a las raíces clásicas. Estaba inspirado especialmente en las ideas de la Ilustración que deseaban manifestar los valores eternos y universales orientando el arte en sentido racional, rechazando la superficialidad del Rococó y el ilusionismo del Barroco. Probablemente esto generó una estética fría y distante que en no muy largo tiempo terminó agotándose para dar paso a al arte del Romanticismo, que defendió una forma de representación artística que confiriera mayor protagonismo a los sentimientos.

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