Edad Media. Terror milenario

La Edad Media fue el prolongado periodo comprendido entre los siglos V al XV. Aquel tiempo contenido entre la edad Antigua y la edad Moderna considerado una época oscura y sombría, un periodo de barbarie y de tinieblas tras el esplendor del clasicismo de la Antigüedad, un letargo del cual se despertó con el Renacimiento.

Sin embargo, unos siglos después, con el Romanticismo, se produjo una mayor estimación de todo lo relacionado con el Medioevo frente a otras épocas históricas. Poetas, escritores o artistas encontraron en la Edad Media una inagotable fuente de inspiración y con el paso del tiempo, las valoraciones de historiadores, pensadores, filósofos y demás autoridades en el tema han terminado por consentir que la época Medieval implicó un cruce complejo de fracasos y éxitos, de sombras y luces como en casi todas las épocas de la historia de la humanidad.

De cualquier manera, en lo que concierne al contexto artístico y cultural, la Edad Media fue el momento del surgimiento de las Universidades, de grandes intelectuales, pensadores y filósofos, del florecimiento del arte románico y del arte gótico, en definitiva, la Edad Media en este aspecto fue mucho más que un periodo oscuro y le debemos mucho más de los que suponemos.

Convencionalmente los acontecimientos que marcan el inicio y final de la Edad Media son la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 y el descubrimiento de América en 1492 respectivamente, aunque estos límites cronológicos pueden variar dando por ejemplo como término al Medioevo el año 1453 fecha de la conquista de Constantinopla por los turcos, es decir, la caída del Imperio Bizantino.

El derrumbe del Imperio Romano, se tradujo en la ruina del mundo antiguo que vino acompañado, consecuentemente, por el hundimiento de su civilización, no obstante, el cristianismo fue el motor que propició, lentamente y de manera compleja, la continuidad y evolución de Occidente. De esta manera el arte paleocristiano fue el vínculo entre la cultura clásica y la cristiana con el que se dio inicio a la Edad Media y que sentaría las bases de su posterior desarrollo. Dentro de los mil años de historia que abarcaron a la Edad Media, se sucedieron (como es de suponer) diversas formas artísticas en toda Europa. Por ello, el arte de esta época comprende distintos periodos que contienen diferentes estilos a través de su dilatada historia. Desde el arte paleocristiano, hasta las catedrales del arte gótico, se sucedieron a su vez el arte bizantino, el arte de las invasiones y el arte musulmán, terminando por consolidarse en los siglos XI y XII el primer estilo internacional de la Edad Media: el arte románico. El arte gótico prosiguió al románico y fue el estilo artístico que se desarrolló en Europa Occidental durante los últimos siglos de la Edad Media, desde mediados del siglo XII hasta la implantación del Renacimiento.

En la época medieval el arte se concibió esencialmente bajo una función religiosa, como ofrenda a Dios. Este arte se centró fundamentalmente en las iglesias siendo las grandes catedrales góticas su más imponente y paradigmática manifestación.

Catedral de Notre Dame. París, Francia

La imágenes por su parte pasaron a cumplir una función didáctica, con el objeto de transmitir los dogmas de la fe cristiana y la historia sagrada a una gran mayoría de población analfabeta. Pero además de ser un instrumento de pedagogía para la iglesia, el arte también asumió el rol de afirmación de un poder político (emperadores, reyes y las mismas instituciones eclesiásticas) que crecía en cuanto a dominio en manos de unos pocos y solo hasta finales de la Edad Media irán surgiendo otros agentes sociales, como la burguesía, con los medios suficientes para ejercer algún influjo sobre la obra de arte.

El crecimiento de la población y el súbito nacimiento de tantas ciudades defectuosamente abastecidas unido a la brusca transformación de los paisajes a causa de la roturación de los campos provocaron una fluctuación en el clima que condujo a la llegada de inviernos más fríos, lluvias insólitas y sequías anormalmente prolongadas ocasionando escasez y epidemias de rápida propagación. Esta situación produjo un sentimiento de desquiciamiento en la población que originó en la gente una creciente conmoción y una tremenda sensación de miedo: el terror del año mil.

Los individuos del Medioevo quisieron ver las causas de tal situación como señales de la cólera divina y el inminente anuncio del fin, los elementos habían vuelto a caer en un eterno caos y se temía el fin de la raza humana. En este sentido la promesa del cristianismo de un paraíso, sirvió de consuelo a toda una población para la que el vivir se había convertido en una tarea abrumadora, a ello habría que añadir el tema de la culpa instalado en el inconsciente colectivo de estas personas, en el que, retomando el papel didáctico que cumplieron las imágenes en las iglesias, fue fundamental, así, iconografías como las de Adán y Eva, el Diluvio Universal o el Juicio Final fueron abundantes en los programas iconográficos de la mayoría de iglesias del Medioevo.

El individuo de la Edad Media fue un hombre temeroso de Dios, aunque paradojicamente fue la nueva fe la que le sirvió de aliciente y guía que le indicaba el camino a seguir. Este imaginario cristiano centralizado en la figura de Dios determinó su concepción del mundo y de la vida, en esta forma de pensamiento el hombre medieval fundamentó su alimento espiritual y material.

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